Propiedades:
Alivia las inflamaciones de las vías
respiratorias superiores (garganta, tos, gripe, tuberculosis…). Su uso tópico
permite sanar con rapidez las heridas.
Afecciones gástricas e intestinales. Contra digestiones pesadas, diarrea
y vómitos. Buena en caso de hernia de hiato y ardores. Elimina la acidez
estomacal. Reduce los síntomas premenstruales. Buena aliada en la fertilidad
por su contenido en zinc. Su aceite esencial es considerado un buen afrodisíaco.
Frotando la hoja sobre las encías, las fortalece. Supone una ayuda en enfermos
de Alzheimer. Reduce la sudoración. Sus enjuagues facilitan buen aliento. Mejora
la memoria. Tomando una infusión al día, puede bajar los niveles de azúcar en
sangre. Aumenta los niveles de testosterona en los hombres.
Buenas
combinaciones: unida a plantas como el frambueso
o la artemisa, proporciona una buena fuente de estrógenos capaz de regular
algunos desarreglos hormonales. Mezclada con regaliz, romero y mejorana, puede
añadirse al tabaco de un cigarro para disminuir progresivamente la cantidad de
tabaco y vencer la adicción al mismo.
Incompatibilidades: La savia no debe administrarse en el caso de que se esté tomando
suplementos de hierro. Tampoco es conveniente tomarla en caso de estar bajo
tratamiento con estrógenos.
Contraindicaciones:
Está contraindicado para madres lactantes ya que
seca el pecho. No debe utilizarse como tratamiento para niños menores de 6
años. Tampoco es recomendable en mujeres embarazadas ya que la ingesta en
ciertas dosis es muy peligrosa para el feto. El aceite esencial puede ser
tóxico e irritante por lo que se aconseja usarlo siempre diluido.
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