Propiedades: El
ginseng tiene propiedades estimulantes, tonificantes en caso de cansancio,
físico e intelectual. Refuerza la actividad cerebral, aumentando la capacidad
de concentración. Permite controlar la diabetes y disminuir el nivel de azúcar
en sangre. Fortalece el sistema circulatorio. Disminuye los niveles de
colesterol LDL y triglicéridos. Incrementa la potencia sexual, fortalece el
sistema inmunológico, aumenta la irrigación cerebral, es un potente
antioxidante y parece mejorar el estilo de vida de los enfermos de Alzheimer.
Acelera la eliminación de toxinas. Incrementa la producción de glóbulos rojos.
Es hiperglucemiante, aumentando el metabolismo de glúcidos, lípidos y
proteínas. Estimula el sistema nervioso central, aumentando la actividad
psíquica la capacidad de concentración disminuyendo la fatiga. Es un aliado
para el control de la hipertensión. Ayuda en el tratamiento del cáncer. Es
una planta adaptógena. Se distingue
entre ginseng americano, ginseng siberiano o Eleutheroccocus y ginseng coreano
o panax ginseng. Sólo el último es el auténtico ginseng aunque los anteriores
tienen propiedades similares. Se diferencian entre sí poruqe, el ginseng
coreano es más energético que el americano. El llamado ginseng rojo es el tostado al vapor
y luego secada al sol lo que consigue acensuarse sus propiedades.
Buenas combinaciones:
Unido a la jalea real resulta un buen energético matutito y se potencian las
propiedades que favorecen la concentración en estudiantes. También tienen un
efecto muy positivo combinado con ginseng en el rendimiento intelectual.
Incompatibilidades: No
debe tomarse esta planta si se está bajo tratamiento hipoglucemiente
(diabéticos) o anticoagulantes. Además, el ginseng puede potenciar los efectos
de los medicamentos inhibidores de la mono-amino-oxidasa (MAO). Tampoco es
conveniente combinarlo con plantas hipoglucemiantes (alfalfa, stevia…) o
excitantes como el café y el té.
Contraindicaciones: Puede producir nerviosismo y erecciones
permanentes así como insomnio. No es recomendable en caso de embarazo,
nerviosismo, arritmias, lactancia, ansiedad, e hipertensión. No se aconseja en
personas con problemas de tiroides ni con enfermedades autoinmunes.
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